Ministerio de Ciencia e Innovación

Descubren la base genética común de los trastornos psiquiátricos

Bru Cormand y Raquel Rabionet (U720 CIBERER) han participado en este estudio.
CIBERER | viernes, 22 de junio de 2018

Los diferentes trastornos psiquiátricos comparten un gran número de genes de susceptibilidad, mientras que en las patologías neurológicas no psiquiátricas —como el Alzhéimer o el Párkinson— la genética es mucho más específica, según un artículo publicado en la revista Science. En la nueva investigación —la más extensa y ambiciosa sobre factores genéticos compartidos en patologías del cerebro— participan Bru Cormand y Raquel Rabionet, de la U720 CIBERER en la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto de Investigación Sant Joan de Déu (IRSJD), entre más de quinientos expertos de países de todo el mundo y de diversas instituciones de toda España.

La nueva investigación recopila datos sobre millones de variantes genéticas comunes en más de 800.000 personas —entre pacientes y voluntarios sanos— que podrían ser factores de riesgo en veinticinco trastornos neurológicos y psiquiátricos (esquizofrenia, autismo, trastorno bipolar, depresión mayor, TDAH, migraña, Alzhéimer, etc.).

El trabajo abre nuevas fronteras a la investigación sobre las patologías que afectan al cerebro, y va mucho más allá de la descripción de factores de riesgo genético de interés en el ámbito de la psiquiatría. Por primera vez, la investigación perfila la base genética compartida entre trastornos psiquiátricos y patologías neurológicas no psiquiátricas (Alzhéimer, Párkinson, migraña, etc.), y amplía el foco de interés a rasgos de personalidad que no se consideran trastornos clínicos (inestabilidad emocional, por ejemplo) y a parámetros cognitivos (como el rendimiento escolar).

Los expertos se han centrado en el análisis de variantes genéticas que son frecuentes en la población general —presentes en más del 1 % de los individuos—, pero que pueden dar lugar a patologías psiquiátricas o neurológicas en determinadas combinaciones. Las variantes estudiadas son las que afectan a cambios en un único nucleótido del ADN (SNP), que es el más abundante en el genoma humano.

En el estudio, han participado también dos grupos de investigación del CIBER de Salud Mental (CIBERSAM), el que lidera Benedicto Crespo en el departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cantabria-IDIVAL y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y el de Miguel Casas en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Con los expertos Verneri Anttila, Aiden Corvi y Ben Neale al frente, este trabajo multicéntrico está impulsado por el Consorcio Brainstorm, agrupación internacional que reúne a instituciones de prestigio relacionadas con la investigación de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el Consorcio de Genómica Psiquiátrica (PGC), el Consorcio Internacional de Genética del Ictus (ISGC) o el Consorcio Internacional de Genética de las Cefaleas (IHGC).

Tal como explica Bru Cormand, investigador de la U720 CIBERER, jefe del Grupo de Investigación de Neurogenética de la UB y miembro del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB), y el IRSJD, «este trabajo nos ayuda a determinar el peso que tienen las variantes genéticas frecuentes en la etiología de las enfermedades del cerebro: es decir, a caracterizar la arquitectura genética de estos trastornos y separar la base genética compartida de las especificidades de cada trastorno».

Trastornos psiquiátricos: una fuerte base genética en común

El estudio confirma una fuerte correlación genética entre la esquizofrenia, el autismo, el trastorno bipolar, la depresión mayor y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ahora bien, desvela igualmente que no existe un solapamiento importante entre los factores de riesgo genético de los trastornos psiquiátricos y los de las demás patologías neurológicas.

«Algunos trastornos neurológicos —apunta Bru Cormand— como la epilepsia, el ictus, la esclerosis múltiple, el párkinson o el alzhéimer, tienen bases genéticas muy diferenciadas entre sí y también respecto a los trastornos psiquiátricos. La única excepción es la migraña, un trastorno neurológico que comparte genética con varios trastornos psiquiátricos (por ejemplo, el TDAH, la depresión mayor o el síndrome de Tourette)».

Genes y rasgos de la personalidad, a examen

Otro de los elementos más innovadores del estudio es la correlación genética establecida entre algunos rasgos de la personalidad —como el neuroticismo, es decir, la inestabilidad emocional— con la mayoría de trastornos psiquiátricos y la migraña. En paralelo, también se han estudiado distintas medidas cognitivas tomadas durante la infancia, «por ejemplo, los años de educación recibidos o el rendimiento escolar, que se relacionan positivamente con algunos trastornos psiquiátricos, como el trastorno bipolar o la anorexia , y negativamente con algunos trastornos neurológicos, como el alzhéimer o el ictus», revela la investigadora Raquel Rabionet (IBUB-IRSJD-CIBERER).

En el marco del estudio, los genotipos se han generado mediante plataformas de análisis genético a gran escala —estudios de asociación del genoma completo (GWAS)— disponibles en España y muchos de los países implicados. «Los datos de partida son millones de genotipos de cientos de miles de individuos», recuerda Bru Cormand. «En este tipo de trabajos tan integradores, la principal dificultad radica en la armonización de los datos, en generar un conjunto de datos homogéneo que facilite los análisis posteriores. Por lo tanto es esencial aplicar controles de calidad muy rigurosos».

Trastorno psiquiátrico y neurológico: una frontera delicada

Durante años, la clasificación de las patologías psiquiátricas no siempre se ha basado en las causas reales de cada enfermedad, a causa del gran desconocimiento sobre la etiología de estos trastornos. Conocer los genes concretos que están implicados en una patología es un avance para mejorar la clasificación (nosología), el diagnóstico y las estrategias terapéuticas frente a la enfermedad.

Hace tiempo que los estudios de gemelos y familiares han permitido determinar que los trastornos psiquiátricos tienen una base genética importante, a menudo superior al 50 %. Ahora, gracias a los datos genéticos masivos, es posible identificar genes concretos implicados en estas patologías —el paisaje genético— y abordar la cuantificación del riesgo genético a partir de datos moleculares. Además, la tecnología aplicada permite hacer comparaciones entre trastornos, como es el caso del trabajo publicado en Science.

Encontrar coincidencias genéticas entre diferentes trastornos psiquiátricos indica que, muy probablemente, las fronteras clínicas actuales no reflejan procesos fisiopatológicos diferenciados, al menos a nivel genético. «Esto puede tener un impacto en cuanto a tratamiento, pero aún es pronto para saber cómo podrá incidir todo ello en la práctica, en la elección de terapias. Sin embargo, sí podemos emplear los nuevos datos para clasificar los trastornos en nuevos compartimentos basados en la biología subyacente, lo que es probable que nos ayude a diseñar terapias más específicas y adecuadas», apuntan Cormand y Rabionet.

«De momento —concluyen—, quizá sería preciso adecuar las clasificaciones diagnósticas actuales en el ámbito de la psiquiatría. Esto no sería necesario en los trastornos neurológicos; en este caso, las fronteras son mucho más claras, tanto entre los diferentes cuadros como respecto a los trastornos psiquiátricos».

Artículo de referencia:

Analysis of shared heritability in common disorders of the brain. The Brainstorm Consortium. Science. DOI: 10.1126/science.aap8757